La República 9 de agosto de 2011
DELETE FACEBOOK
Hace unos días apareció un video en
Internet del grupo de hackers autodenominado Anonymous, alertando que el 5 de
noviembre harán desaparecer para siempre la red social más grande del mundo que
hoy cuenta con alrededor de 700 millones de usuarios (un 10% de la población
mundial).
Este movimiento anárquico que nació en 2006,
que se identifica con la máscara de Guy Fawkes -popularizada por el comic y la
película V de vendetta- ya ha hackeado o “bajado” sitios web de gobiernos e
importantes empresas de seguridad, entre otras víctimas. Incluso afirman haber
robado información secreta de la OTAN. El argumento para esta acción es que
aparentemente Facebook viola la privacidad de sus usuarios vendiendo
información a organismos gubernamentales y empresas de seguridad en una suerte
de espionaje cibernético. Recordemos que en algún momento ya se había vinculado
a Facebook con la CIA.
En cualquier caso, hoy día las bases de
datos constituyen uno de los bienes más preciados en el mundo y muchas empresas
tienen infinidad de información que revela buena parte de nuestras costumbres,
acciones y consumos, cosa que es mucho más trascendente que si tenemos una foto
con Lugano o si nos unimos al grupo “el dulce de leche es uruguayo”. Ejemplos
claros de ello son las tarjetas de crédito o los supermercados. Pensemos en éste último caso. A través de las
tarjetas que presentamos como consumidores frecuentes, estos pueden conocer
nuestros patrones de consumo y pueden deducir si vivimos solos, cuando
comenzamos a convivir con otra persona y por supuesto cuando comenzamos a
comprar pañales. E hilando más fino si somos fumadores, alcohólicos, enfermos de la limpieza, adictos a las
galletitas Chiquilín o compradores compulsivos todas las pelotudeces
tecnológicas que nos pongan en frente. Y de hecho han existido casos en el
mundo de “filtraciones” de estas bases de datos, o sea que lo de Facebook no
deja de ser una hipótesis a considerar.
Pero dejando la paranoia de lado también
podemos considerar que el móvil de estos hackers sea una venganza por haber
visto fotos suyas en situaciones comprometidas y que su pareja le diera la
captura, haber intentado un levante con algún bagayo a pesar de la tentadora
foto que ostentaba en el perfil o simplemente porque nunca entendió qué significaba
“dar un toque”. Pero de cumplirse la amenaza más de uno va a tener que tomar
coraje para encarar a alguien que le gusta, posiblemente otros tantos tengan
más tiempo libre y todos vamos a recibir muchas menos felicitaciones de
cumpleaños pues pocos lo recordarán. Evidentemente también buscaríamos otras
formas para comunicarnos y relacionarnos, ya sean nuevas o preexistentes, como el
twitter. Pero en ese caso vamos a tener que arreglarnos con 140 caracteres, aunque
no está tan mal si tenemos en cuenta que -según se divulgó recientemente- los
alumnos que ingresan a nuestra facultad de medicina solo tienen un vocabulario
de entre 400 y 500 palabras.
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