Recopilación de las columnas publicadas en los últimos años en diferentes medios

Sunday, August 26, 2012

La República 16 de julio de 2011


¿LA CULPA ES DEL CHANCHO O DEL QUE LE RASCA EL LOMO?


No es novedad qué el INAU -antes INAME- no está dando buenos resultados  en su rol de contenedor y reformador de los menores desprotegidos -no necesariamente infractores-. De todas formas cabe destacar los esfuerzos de algunos funcionarios y autoridades por mejorar la situación de los internos, a pesar que sus métodos sean poco ortodoxos
Por ejemplo, hace unos días se conoció un novedoso ejemplo de reinserción familiar con un menor infractor. La promotora fue una funcionaria que alojó durante meses en su hogar a un joven fugado en diciembre, con quien mantiene una relación afectiva  y actualmente esperan un hijo. Lamentablemente el hecho no fue bien visto por las autoridades que separaron a la mujer del cargo mientras el joven fue reingresado para cumplir su condena. Como dijera la ex Ministra Arismendi “¿es que no creen en el amor?”.  Otro caso reciente fue el de un funcionario que procuraba estimular el vínculo entre los internos y el exterior proveyéndolos de celulares por una módica suma que debían abonar sus allegados.  Su inquietud también tenía una finalidad lúdica ya que los incitaba a ejercitar su mente pergeñando planes de escape que él mismo apoyaba brindándoles los instrumentos necesarios… o por lo menos unas sierras.
Pero si nos remontamos unos años atrás podemos encontrar otro ejemplo de abordaje alternativo, en este caso en relación al problema de las incontables fugas que se producen en los distintos hogares. El caso ocurrió cuando el senador Lorier hizo de intermediario entre los internos armados y los funcionarios del INAU, durante un motín en la Colonia Berro. La ingeniosa solución que encontró el senador fue que él mismo oficiara de chofer de los adolescentes para realizar un paseo guiado por la ciudad hasta ubicarlos en un lugar seguro. Partamos de la base que no está claro cuál sería un lugar seguro para ellos ya que varios de los hogares han estado bajo la lupa debido a infinidad de rumores que han corrido sobre la injerencia de los funcionarios a la hora de organizar motines y revueltas o de administrar arbitrariamente las donaciones que se reciben para los jóvenes. En 2006 también fue denunciado por Zona Urbana un discutible caso de reinserción laboral en Rivera, dónde varias menores ejercían la prostitución regenteadas por los propios funcionarios. Tal vez se haya generado malestar por el prejuicio que despierta la profesión más antigua del mundo, pero también debe haber influido el detalle que las trabajadoras eran menores y que tampoco recibían de sus “patrones” una digna remuneración.
En definitiva, con métodos tradicionales o no, sería bueno que de una vez por todas las autoridades correspondientes hicieran una “limpieza” en el INAU, para contribuir realmente a que nuestros adolescentes dejen de ser  estigmatizados por una sociedad que prefiere buscar chivos expiatorios, que soluciones.

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