La República 28 de junio de 2011
VACACIONES
DE INVIERNO
Por suerte, para satisfacer la inquietud de
tanto niño sin la obligación de ir a clases, en estas fechas aparecen gran
cantidad de estrenos cinematográficos y teatrales. Pero llevarlos todos los
días a un espectáculo distinto te termina saliendo un ojo de la cara, porque si
no hay más de un hijo muchas veces hay que invitar a un amiguito, más la
entrada del “adulto responsable” y los pop y refrescos para todos. Porque tampoco
es cuestión que el mayor que los acompaña se deshidrate o quede sin energías en
medio de la dura jornada. Así es que los
shoppings se transforman en un hormiguero lleno de pequeños, con altos grados
de excitación, que arrastran a los mayores por todo el lugar. Salvo que sea el
niño quien se detenga frente a una juguetería y en esa ocasión sea el adulto el
que tenga que arrastrarlo antes que lo obligue a incurrir en un gasto
adicional. Por suerte hay algunas alternativas gratuitas como el cine de la Casa
de los Vecinos o los teatros del Castillito del Parque Rodó y el Parque
Seregni. También hay algunos paseos al aire libre como el Parque Rodó, los
zoológicos y algunos paseos por la ciudad, que si bien pueden resultar
económicos, con el frío de estas fechas, además de ser una tortura, lo que te
ahorrás luego lo terminás pagando en salud.Comenzaron las vacaciones de invierno por
lo que los niños y adolescentes que pasaban buena parte del día en los
distintos institutos educativos, invadirán la ciudad para trastornar su normal
funcionamiento por dos semanas. Pero ellos son el mejor ejemplo de que toda revolución
comienza por casa y aprovecharán cada minuto que dispongan para ponerla de
cabeza. Comenzarán “dando vuelta” todos los juegos de play station, computadora
o X-box y luego no habrá muñeca que termine las vacaciones con toda su
cabellera, pelota que se resista a impactar con algún florero o pared que se
salve de ser decorada caprichosamente. Y los padres, que en su mayoría no gozan
de este descanso, vivirán algunos de los días más estresantes del año en
procura de salvaguardar la integridad de sus hogares. Así es que harán
malabares intentando acomodar los horarios de tal forma que alguno de los
padres o cualquier adulto digno de confianza, pueda acompañarlos -y vigilarlos-.
Para ello deberán salir del trabajo
entre horas o pedir algún día libre, que los jefes más atinados consentirán,
antes que sus empleados se vean obligados a llevar a sus pequeños a la oficina,
distrayendo al resto del personal y poniendo en riesgo las instalaciones.
Pero este año las vacaciones tendrán el
condimento adicional de los cientos de adolescentes con el humor y las hormonas alteradas por culpa del
volcán Puyehue y la postergación de su viaje a Bariloche. Por eso, si estos
días notan que se pasan más tiempo en el baño o el cuarto, no los moleste,
seguramente estén teniendo un rato de sana –y económica- diversión.
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