La República 7 de junio de 2011
BACTERIA
ASESINA, EL NUEVO VIRUS DE MODA
Después de la vaca loca, la gripe aviar y
la gripe porcina, llega en 2011… “La bacteria asesina”!! Como sucede
aproximadamente cada dos años, ya tenemos la nueva epidemia de moda. Ahora la culpable
es la bacteria Escherichia Coli y ya se habla de más de 20 muertos y casi 2500
infectados en Europa, la mayoría en Alemania. La diferencia de esta temporada es
que dejaron de bautizarla con la mascota de turno (vacas, pollos o chanchos), pues
en ese caso le habría tocado a los pepinos españoles, como se sospechó en un
principio, aunque ahora parece que proviene de la soja alemana. En esta ocasión se optó por un nombre más
efectista, que parece el de una película de terror clase B. Seguro que la
próxima afección cutánea se llamará “La mancha voraz”. Hay que reconocer además
que tiene algo de pomposo, al estilo de los operativos militares como “Tormenta
del desierto” o “Justicia Infinita”. Además tampoco entendí la manía de
adjudicárselo a los alimentos provenientes de algunas naciones, como los pollos
asiáticos (que no son los que Evo dijo que te hacían gay, éstos directamente te
mataban) o los chachos mexicanos.
Imagínense lo perjudiciales que resultan estas acusaciones para un país, si a
nosotros nos “mató” la aftosa a pesar que ésta enfermedad que no se transmite a
los humanos a través de la comida. De todas formas estoy seguro que los pepinos
no pesan tanto en la economía española como las vacas acá, pero hoy a España
“cualquier monedita le sirve”.
Por otra parte, toda la saturación
mediática que acompaña estas dichosas enfermedades, da pie a infinidad de
teorías conspirativas como la de detener el avance de la economía asiática (hoy
comprobado que a esos no los paran con nada), o que en los mismos días que se
desató la “peste” en México Obama estaba firmando unos convenios leoninos con
Calderón. También es llamativo que las coberturas sobre estas epidemias siempre
las consideran una hecatombe - más allá que los números manejados por unos y
otros varíen absurdamente- cuando en realidad sus víctimas no representan ni un
1% de los muertos causados por un tsunami o un terremoto. Se lanzan alertas
sanitarias por enfermedades que son insignificantes si las comparamos con la
cantidad de gente que muere diariamente
en el mundo por cáncer (más de 20 mil), malaria (3000) o accidentes de tránsito
(3500). Lógicamente este punto también desata un montón de suspicacias en torno
a los laboratorios, sobre todo aquellos que se adjudican la vacuna milagrosa
que combate el virus en cuestión.
Por suerte esta epidemia aún no llegó a
nuestro país -como sí ocurrió con la gripe porcina- provocando la saturación de
los centros de vacunación y agotó los stocks de alcohol en gel y tapabocas,
pero la amenaza ya está latente. Mientras tanto aprovechemos que, como dice Susanita
-la amiga de Mafalda-, “por suerte el mundo queda tan lejos”
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