La República 11 de junio de 2011
URUGUAY EN EL MAPA
A más de una década de comenzado el siglo
XXI ya todos escuchamos miles de veces que debemos hacer lo posible para
integrarnos al mundo globalizado en el que nos tocó vivir. Pero claro que eso
implica un ida y vuelta, ya que tanto como nosotros debemos salir al exterior,
los extranjeros también deberían poder entrar en nuestro mercado.
Por nuestra parte, ya hace muchos años que exportamos
talentos en rubros de lo más variados que van desde los futbolistas del
Cagliari hasta los científicos del Instituto Pasteur, pero igualmente solemos
estigmatizar esta práctica como la tan mentada fuga de cerebros (suponiendo que
los futbolistas sean “volantes de creación”). En contrapartida, a pesar que
seamos hijos de la inmigración, cuando llega un extranjero que no es el típico
gallego que viene a poner un almacén o a comprarse un ómnibus, nuestra primera reacción es la queja ya que no nos
gusta que venga alguien de afuera a decirnos cómo tenemos que hacer las cosas,
salvo que nos pida que pasemos al fondo golpeando una monedita en el vidrio. O
sea que más allá de los discursos que derrochemos en los almuerzos dominicales
o en las mesas de bar cuando pretendemos arreglar el mundo, en los hechos nos
esforzamos más en sabotear la integración que en ponerla en práctica.
En cambio cuando se trata de actividades
ilegales la cosa se da más fluidamente. Por nuestra parte seguimos exportando
talentos en negro como por ejemplo el cabecilla del “robo del siglo” en el
Banco Río de Argentina o los boqueteros que asaltaban bancos en la Madre
Patria, que además estaban haciendo escuela, formando a otros latinoamericanos.
En estos casos uno se pregunta de dónde sacaron el “know how”(aplicando
términos globalizados) ya que estas no son prácticas que se estilen en nuestro
país. De hecho, en los actuales asaltos a los bancos locales se emplean métodos
mucho más primitivos. No olvidemos también algunos ejemplos del llamado
“tele-trabajo”, gracias a Internet, principalmente en el rubro pornográfico.
Mientras tanto en los últimos años muchos
extranjeros se han interesado por nuestro mercado, situándonos en el mapa
delictivo, principalmente como un excelente centro de lavado de dinero mediante
negocios inmobiliarios. Además muchos “talentos” foráneos han elegido nuestra
plaza para sus actividades, como por ejemplo los narcos -que van desde
bolivianos hasta croatas- que sacan la droga hacia Europa a través de nuestro suelo.
Pero también hay otras modalidades
delictivas para las que se importa metodología y tecnología de punta como por
ejemplo en la nueva modalidad de estafa mediante clonación de tarjetas, introducida
en el país, primero por brasileros y ahora por búlgaros.
Así es que más vale no resistirse a los
cambios pues indefectiblemente terminaremos siendo parte de este mundo
globalizado, ya sea por las buenas o por las malas.
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