Recopilación de las columnas publicadas en los últimos años en diferentes medios

Tuesday, September 26, 2006

FREEWAY - setiembre 2005

LA VERDAD DE LA MILANESA

Largo tiempo esperé la oportunidad de versionar un cómic, hasta que me ofrecieron escribir el guión de Daredevil.
La historia trata de Matt Murdock, un abogado ciego e idealista que se dedica a defender a los más débiles del abuso de grandes empresarios, mafiosos y otro tipo de malhechores. Si bien su socio quisiera aceptar clientes más poderosos, básicamente porque pagan mejor que los actuales que siempre los dejan adentro, él prefiere continuar ejerciendo su profesión de forma caritativa. Esto se debe a que luego de una trágica experiencia cuando era niño, juró junto a su padre, no temerle a nada ni darse por vencido jamás.
El hecho fue que su padre, un boxeador fracasado llamado Jack “el Diablo” Murdock, empieza a trabajar para un mafioso disuadiendo a sus deudores. Pero él lo negaba como cualquiera que pretenda educar a su hijo en el bien. Lo cierto es que un buen día Matt va a buscarlo al puerto y lo descubre detrás de un container, arrodillado frente a un tipo con los pantalones bajos. Él no entendió si empleaba un particular método de disuasión o si en definitiva los rumores eran falsos, pero solo atinó a salir corriendo y Jack detrás, dejando su trabajo inconcluso. Qué vergüenza!
Por desgracia, ésta imagen del Diablo Murdock (vestía su bata de boxeador) será la última que vea su hijo. En su desenfrenada carrera se accidenta con ácido y queda ciego y lógicamente Jack se sintió responsable. Se retiró del negocio, prometiendo a su hijo ser un buen ejemplo y vuelve a pelear, ganando varios combates, hasta que un día se le presenta su ex jefe y le ordena perder. Pero no obedece por la promesa hecha a su hijo y noquea a su rival. A la salida, unos hombres lo interceptan y golpean hasta matarlo. Cuando Matt llega hasta él, ya era demasiado tarde y junto a su cadáver jura vengarse y hacer justicia de un modo u otro.
Así fue que siguió la carrera de abogado para encerrar a todos los delincuentes de la ciudad, pero si bien logró graduarse, es un incompetente y la mayoría de los criminales que acusa, son liberados por la falta de pruebas.
En contrapartida, a raíz de su ceguera, Matt desarrolla sus otros sentidos de manera extraordinaria y comienza a “ver” a través de un agudo sistema auditivo que oficia como radar, ubicando objetos a través de la vibración del sonido. Su olfato le permite detectar cualquier persona por su perfume y su gusto sobrehumano hace posible que distinga todas las variantes de bebidas cola que surgieron a partir de los 80.
Por eso, luego de sus incontables casos perdidos, sale en la noche en busca de los criminales convertido en Daredevil, con su preciada arma: el bastón de cieguito (hubiese preferido un perro lazarillo que se transformara al estilo Battle-Cat de He-Man) y luego de eliminarlos se confiesa con el cura del barrio, pues su religión católica le impide matar, aunque sea por una buena causa.
Si bien es un solitario, cae rendido ante los encantos de Electra, la hija de un multimillonario que resultó ser socio de Kingpin, el más importante villano de la ciudad, pero sin nada que probarle debido ya que sus abogados son mucho mejores que Matt.
Su atracción fue inmediata y para colmo a ella también le gusta luchar y sus salidas románticas siempre terminaban en una discusión y consecuente pelea para deleite de todos los presentes. Imaginen lo bizarro que resulta ver a una mujer peleando con un cieguito, ya sea en la calle o en un restaurante. Cada cual tiene su fetiche no?
Todo marcha bien e incluso Matt dejó de disfrazarse en las noches (demostrando también un cambio en sus hábitos sexuales), hasta que finalmente el padre de Electra decide separarse de Kingpin y éste encomienda a Bullseye, un letal asesino, para que lo mate y también a su hija. Y lo logra a pesar que Daredevil trata de protegerlos.
Finalmente, éste persigue a Daredevil hasta la iglesia donde se esconde y en una acrobática pelea, Daredevil lo vence y averigua que el Kingpin también mató a su padre. Para que...!? Se agarró terrible calentura. Lo fue a buscar y le dio pa’ tabaco, pero no lo mató... esta vez tenía pruebas. Dejó que la policía lo arrestara y por fin se hiciera justicia en los tribunales.
La cuestión que cuando terminé el guión lo entregué en el estudio y me fui a casa a esperar mi cheque. En su lugar recibí una despectiva carta donde decían que mi guión era un disparate, pero la verdad que esta vez no me importó. En el fondo yo sé que el mayor disparate es que se la pase confesando y se lo llame “el hombre sin miedo” ya que a todos los católicos nos persigue el mayor de los temores: que nos sorprenda la muerte sin confesarnos y nos vayamos al infierno.

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